Hace tiempo que se conocen los efectos térmicos de la radiación electromagnética (EMR) en el cuerpo humano. El efecto térmico depende de la cantidad de energía radiada, del tiempo de exposición, de la frecuencia de las ondas electromagnéticas y de la distancia de la fuente de energía.
Además, con la enorme expansión de la telefonía móvil, recientemente se han realizado y se están realizando actualmente numerosos estudios epidemiológicos en distintos países sobre la posibilidad de que la radiación electromagnética de baja potencia pueda presentar algún tipo riesgo no térmico para la salud de las personas.
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